
Es uno de los aminoácidos esenciales que nuestro organismo necesita para su correcto funcionamiento. Es precursor de la hormona Melatonina y neurotransmisor de la Serotonina, ambos implicados en la regulación del sueño y el estado anímico. La serotonina, un neurotransmisor designado como la ‘hormona de la felicidad’ que favorece la estabilidad emocional, previene el estrés y está implicado en la regulación del placer. Y la melatonina, clave en la regulación de los ciclos del sueño y la vigilia, además, en la producción de vitamina B3, que ayuda a que el sistema nervioso y circulatorio funcionen sin problemas. Por lo tanto, el triptófano mejora el estado de ánimo produciendo una sensación de bienestar y relajación, reduciendo así el riesgo de depresión, y la calidad del sueño, ya que ayuda a prevenir el insomnio, regula el apetito provocado principalmente por la ansiedad y disminuye los niveles de estrés. Es utilizado para tratar los trastornos mentales, para ayudar a dejar de fumar, para el rendimiento deportivo, para tratar los síntomas emocionales en personas con trastorno disfórico premenstrual. Un déficit de triptófano puede tener como consecuencia que se produzca también una falta de vitamina B3, así como aumentar el riesgo de problemas para conciliar el sueño o sufra un trastorno de ansiedad, elevados niveles de estrés, o depresión.