
Existen muchos tipos de polímero de glucosa, los cuales son el resultado de la hidrólisis del almidón o la fécula que normalmente se presentan comercialmente en forma de polvo blanco de sabor dulce o sin sabor; estos se caracterizan por tener una buena solubilidad y bajo poder edulcorante. Estas moléculas poliméricas son metabolizadas de forma rápida en el organismo humano, generando un aumento exponencial de insulina (pico de insulina) en la corriente sanguínea, por lo que las personas diabéticas también se benefician de la capacidad de estos polímeros de glucosa al ser procesados más fácilmente por el organismo, ayudando a regularizar las funciones metabólicas. Estas cadenas de glucosa son el sustrato de energía más importante para la fibra muscular durante la realización de ejercicio. Cuando hay un exceso de glucosa después de comer, el cuerpo puede almacenarla en forma de glucógeno en el hígado y en el músculo. Cuando los niveles de glucosa sanguíneos disminuyen, por ayuno o por la realización de ejercicio físico, se produce la degradación de glucógeno a glucosa para cubrir las necesidades energéticas de ese momento. Sabiendo que los carbohidratos son las principales fuentes de energía de nuestro organismo, estos deben de estar presentes en aproximadamente un 60% de la energía total a consumir, para que las proteínas no tengan que desviarse de sus funciones específicas, como sería la construcción de tejidos musculares. Es recomendable el consumo de polímeros de Glucosa para aquellas personas que realice actividades físicas de fuerza y de resistencia. Este carbohidrato puede aumentar del nivel energético muscular, dando más fuerza, evitando el catabolismo muscular (pérdida de músculos) y también ayuda a evitar la fatiga. Otra gran aplicación es su uso como agente espesante, por lo que lo hace un ingrediente popular de batidos para pérdida o mantenimiento de peso, ya que su consistencia hace que la persona se sienta llena, disminuyendo las ganas de comer.