
El Ácido Hialuronico es una sustancia que se encuentra de forma natural en numerosos tejidos y órganos del cuerpo humano (epidermis, tejido conectivo, cartílagos, líquido sinovial, ojos, etc). Una de sus propiedades más importantes consiste en la retención del agua, lo que proporciona una hidratación profunda a la piel. De esta forma, las células consiguen mantener su turgencia y elasticidad. Aumenta la flexibilidad de la piel, acelera la recuperación de lesiones, cortes, rozaduras o daños en los tejidos blandos y las articulaciones. Minimiza el impacto del desgaste de las articulaciones y ayuda a prevenir enfermedades degenerativas de las articulaciones como la osteoartritis. También ralentiza la tasa de perdida ósea y aumentar la actividad de los osteoblastos, células que construyen nuevo tejido óseo, lo cual es beneficioso para las mujeres que tienen un mayor riesgo de osteoporosis y perdida ósea. La renovación celular es un evento esencial para prevenir el envejecimiento, y el ácido hialurónico participa en dos procesos vitales de una célula: la división y la proliferación.